(SPAGNOLO E ITALIANO)
Alguna vez hemos
escuchado esa frase que dice: “hay que mirar más allá de nuestro propio
ombligo”. Y se puede entender de diversas formas, desde una invitación a mirar
más allá de nuestros propias ideas y conocimientos, hasta el salir de nuestro
lugar de vida para acudir al encuentro con el otro. Para muchos ese salir de sí
mismos, de mirar más allá, de acudir al encuentro con el otro representa más
que una obligación, es una elección de vida, una elección hecha con amor y por
amor.
En estos días que la Iglesia vive un tiempo de
gracia, un tiempo importante, un tiempo histórico que seguramente más adelante
vamos a valorar en su justa medida. Y en estos días, escuchamos al Papa
Francisco invitándonos a salir a las “PERIFERIAS”.
Perifera de Lima
Papa Francisco, con la sencillez a la que nos
va acostumbrando nos invita a ir a las periferias, a esos alrededores
geográficos, para atender a los que no tienen, a los que necesitan. Pero su invitación va más allá, es profunda, porque
no se trata de acudir y asistir, sino de ver nuestro corazón y de ver las
periferias de nuestro corazón, de preguntarnos ¿de qué está lleno? y ¿de qué
está circundado? .
San Juan de Lurigancho nació como uno distritos
de las periferias de la ciudad de Lima (aquí
está ubicada la misión de las hermanas…), hoy después de casi cinco décadas vemos cómo
este distrito se ha ido transformando en muchos casos para bien y en otros para
mal. En el encontramos diversos núcleos de progreso, donde el terreno
urbanizado avanza y con este el consumismo de sus pobladores. Pero no muy lejos
nos topamos con diversos focos de pobreza, esos alrededores poblados por familias,
formadas mayoritariamente por jóvenes o madres solteras, que habitan en casas
de esteras o triplay, y que apenas cuentan servicios de agua o luz. Lugares
donde se suprime todo lo posible, pasando por el alimento, la educación, la
salud porque lo que ganan las cabezas del hogar no resulta suficiente.
Estos cordones se
ubican para el fastidio de muchos a espalda de grandes centros comerciales, de
centros de diversión, de tragamonedas, de casas y escuelas bien contruídas. En
si, a estos corazones del consumo, del bienestar económico le circundan el
hambre y la miseria. En estas periferias se encuentran también dos penales: San
Pedro de Lurigancho y Castro Castro, el primero uno de los más poblados del
Perú, y el segundo uno de alta seguridad porque alberga presos por terrorismo.
Seguramente que atender a la invitación que nos
hace el Papa Francisco puede sacudir nuestras seguridades, puede hace que nos
corramos el riesgo de ser etiquetados, puede hacer de nuestra camino una cuesta
arriba, pero sin ninguna duda transformará nuestras vidas y transformará la de
muchas otras.
Con estas líneas
saludo la misión que las Hermanas Paola y Vicenta, Pequeñas Hijas de San
Francisco de Asís, junto a varios laicos acaban de emprender en Canto Grande,
con el Comedor para Niños Desnutridos. No me cabe duda de que habrá mucho que
hacer y faltarán manos, mas como ustedes nos enseñaron: Dios proveerá!
Maria
Elena Rojas (laica peruana – amiga y
colaboradora de la misión)
Periferia de Lima
NELLE PERIFERIE DI
CASA NOSTRA….
Sicuramente qualche volta abbiamo
sentito la frase che dice: “occorre guardare piú in lá del nostro ombelico”.
Certo, la si puó interpretare in diversi modi: dall’invito a saper andare oltre
le nostre idee e conoscenze, fino ad uscire dal nostro “abituale luogo di vita”
per andare incontro agli altri.
Per molti ancora questo “uscire
da se stessi”, per guardare piú in lá... é piú che un obligo: é una scelta di
vita, una scelta fatta per amore e con amore.
In questi giorni la Chiesa vive un tempo di Grazia, un tempo importante, un tempo storico che sicuramente sapremo valorizzarlo
ancor meglio piú avanti... In questi
giorni ascoltiamo il Papa Francesco che ci invita ad uscire per per andare
verso “LE PERIFERIE”.
Papa Francesco, con la semplictá
a cui ci va poco a poco abituando, ci invita ad andare alle periferie
“geografiche”, per aiutare chi non ha.... chi ha piú bisogno. Peró il suo
invito va ben oltre... é profondo perché non si tratta solo di “accorrere ed
assistere”, ma di saper vedere le periferie che stanno dentro il nostro cuore
per domandarci: “di cosa é fatto? Di cosa é pieno? Di cosa si circonda?”.
San Juan de Lurigancho é nato come un comune (... di 1 milione di abitanti.... dove si trova la missione de “las Hermanas”)
della periferia di Lima; oggi dopo
quasi 5 decadi possiamo vedere come questo distretto si é trasformato ... in
molti aspetti per il bene e per molti altri per il male.
In San Juan de Lurigancho ci sono
diversi “punti di sviluppo”, dove il terreno urbanizzato avanza portandosi
dietro uno “stile di vita della gente fortemente consumistica”. Peró, non molto lontano, ci troviamo davanti
a molti “focolai di povertá”: periferie abitate da famiglie formate - nella maggior parte dei casi – da giovani o
“madres solteras” (mamme sole/ragazze madri), che vivono in abitazioni fatte di
STUOIE o COMPENSATO e che a stento, hanno i servizi di acqua o luce. Sono
luoghi dove manca l’indispensabile cominciando dagli alimenti, dall’educazione,
dall’assistenza medica...perché quello che guadagnano i poveri non é
sufficiente per una vita dignitosa.
Questi “cordoni di povertá” si
trovano – infastidiendo molti – alle spalle dei grandi centri commerciali,
centri di divertimento, di slot machine, di case e scuole private ben
construite.... Cosí, questi “centri del consumo”e di benessere economico sono
circondati dalla fame e dalla miseria. In
questa medesima periferia, si trovano anche due carceri: San Pedro de
Lurigancho e Castro Castro; il primo é una delle carceri piú popolate del Perú
e l’altro é di “alta sicurezza” perché ospita prigionieri del terrorismo.
Di sicuro l’invito di Papa Francecso potrebbe far SCUOTERE le nostre sicurezze, portarci al rischio di essere “catalogati”, portarci
verso un “cammino in salita”, peró – senza dubbio – cambierá le nostre vite e
quelle di molte altre persone.
Con queste righe saluto la
missione de las “hermanas Vincenza e Paola” che , insieme ad alcuni laici stanno avventurandosi in Canto Grande (in San
Juan de Luragancho) con un centro di bambini denutriti. No ho dubbi che avranno
molto da fare e che mancheranno mani... ma come voi ci avete insegnato: Dio
provvede!
Maria Elena Roja (laica peruviana - amica e collaboratrice della
missione)